Si bien la ciudad exhibe hermosos ejemplos tanto de arquitectura holandesa como española, es ahora una ciudad holandesa, que lleva su nombre en honor a la casa real holandesa de Orange, y se convirtió en capital de Aruba en 1979. El primer lugar que disfrutan la mayoría de los visitantes cuando no visitan las famosas playas es Wilhelmina Park, un hermoso jardín tropical junto a la costa, ideal para disfrutar de la brisa del Caribe. Desde allí, visite el Museo Arqueológico de Aruba o el Museo Numismático de Aruba. El primero ofrece una perspectiva histórica; el segundo, una fascinante muestra de monedas de más de 400 países. Fort Zoutman (1796) es el ejemplo más antiguo de la arquitectura holandesa de la isla. En 1867, se agregó la Torre Guillermo III. El fuerte no solo es un lugar ideal para tomar fotos, sino que también es sede de festivales de música y de ferias de artesanos.